Uno de esos momentos de la vida en los que nos saldrá al paso, y de qué manera, un buen puñado de tecnicismos de origen grecolatino, será en algo tan inevitable como es la visita al médico, aun por el motivo más insignificante. Y para ilustrar lo que digo aporto un informe auténtico y muy reciente en el que, pese a su brevedad, no ha sido difícil encontrar diez palabras técnicas de raigambre clásica, alguna de uso habitual, la mayoría de uso restringido a los especialistas de la rama sanitaria.
Por lo ridículo de la situación omitiré cómo me aplasté el tendón del codo contra el marco de una puerta. El caso es que, después de pasar una mala noche por el dolor, y viendo que la inflamación no bajaba, decidí acudir al médico. Evidentemente me atendieron en el servicio de traumatología. Aunque esta palabra es de uso más bien frecuente, sirve de igual manera para el propósito que expongo al principio del artículo, pues se trata de un vocablo del campo de la medicina que presenta unos formantes claramente griegos: τραῦμα, -ατος (herida), y el sufijo -λογία (tratado, estudio, ciencia).
La siguiente palabra relevante, más infrecuente en el habla cotidiana, es gastropatías, compuesto por los elementos griegos γαστήρ, γαστρός (estómago) y πάθεια (a través del elemento latino -pathīa), que significa sufrir o experimentar. A continuación leemos anamnesis, sustantivo existente en griego que proviene del verbo ἀναμιμνήσκω (recordar), y que en castellano se refiere al conjunto de los datos clínicos relevantes y otros del historial de un paciente. Lo que para mí era una inflamación, en lenguaje médico resultó ser una tumefacción, palabra tomada del latín (tumefactum, supino de tumefacĕre, hinchar). Lo que para cualquiera es el codo, para la autoridad médica es la zona epicondilea: del griego ἐπι- (sobre) más κόνδυλος (bulto formado por las articulaciones).
Las siguientes palabras técnicas son más usuales, aunque no por eso menos clásicas. Me refiero a diagnóstico, radiografía y contusión:
- Diagnóstico: del griego διαγνωστικός (capaz de discernir), proveniente del verbo δια-γιγνώσκω (discernir).
- Radiografía: del latín radio (despedir rayos de luz) y el griego -γράφος, de γράφειν (escribir).
- Contusión: del latín, contusĭo, -ōnis (golpe), del verbo contundo (golpear con fuerza).
Para finalizar, explicamos el origen de dos palabras emparentadas con otras que hemos visto a lo largo de esta exposición. En primer lugar, epicondilalgia tiene la misma base que epicondilea, a la que se ha añadido el sufijo griego -αλγία, de la raíz de ἄλγος (dolor). Finalmente tenemos el adjetivo postraumática: para el origen de traumático valga lo dicho anteriormente sobre traumatología. En esta caso una base griega lleva el prefijo latino post- (detrás de, después de). Si no queremos que nos pase como a Homer en su visita al doctor Hibbert, es más que aconsejable que tengamos unas nociones de las lenguas latina y griega, y algo de destreza en el manejo del diccionario.
Todas las etimologías que aparecen en este texto las puedes encontrar en:
Todas las etimologías que aparecen en este texto las puedes encontrar en:
- Diccionario de la RAE online
- Segura Munguía, S., Nuevo diccionario etimológico Latín-Español y de las voces derivadas, Universidad de Deusto, Bilbao, 2001.
- Bailly, A., Dictionnaire Grec Français, Hachette, Paris, 2000.
1 comentario:
¡Vaya! esto sí que es real como la vida misma. Un post bien hilvanado.Que no sea nada la recuperación (o lo más rápida posible)
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